Pobreza energética
Pasamos frío algunas noches. Ahora lo llaman pobreza energética; a nosotros simplemente nos sale más rentable meternos bajo las mantas que entregarle toda nuestra antigua fe cristiana al nuevo dios del calor azul. Con lo que nos costó, al menos a mí, arrebatársela a los curas del colegio. Y en la oscuridad de las sábanas cubiertas de piel sintética, follamos. Follamos más que la media de nuestros amigos. Pienso a veces, no necesariamente en medio del polvo, pienso que puede ser el frío, que quizá sea la pobreza energética la que nos lleva a follar más, a tener algunos de los mejores polvos de nuestra vida, de nuestra vida en común y por lo menos en mi caso de nuestra vida entera; polvos como trasatlánticos, largos y a la vez ligeros, que surcan el mar de las madrugadas con la naturalidad de los delfines y la importancia de las ballenas. Polvos importantísimos que terminan en un sueño caliente que nos hace olvidar los grados bajo cero. Abres la ven...